Cuando Irene, la chica más gorda del instituto, es expulsada, tendrá que hacer dos semanas de servicio comunitario en una residencia de ancianos. Siguiendo su pasión por las animadoras, apuntará en secreto a los residentes a una audición para un reality show de baile y así demostrar que no hay que ser físicamente "perfecta" para ser perfectamente asombrosa.