Mientras la pastelera Kylie Watson descubre que ha llegado a la final de la competición americana Gingerbread, su cabeza se llena de ideas acerca de que ésta es la publicidad que necesita para abrir su nuevo café. Solo hay un problema, el horno en el debe trabajar se rompe antes del concurso. Dispuesta a no perder esta oportunidad, contacta con Nick Mazannti, su ex-novio de la escuela culinaria, que se hace cargo de su pizzeria familiar, para que le permita usar su horno.