Andrea y Marina se hacen amigas mientras juegan en los techos de sus edificios adyacentes durante la pandemia en la Ciudad de México. Se aferran a su preciada amistad durante el estrés y la soledad del encierro. Sin embargo, cuando los padres de Marina se separan repentinamente, Marina se siente desconsolada por tener que mudarse sin poder despedirse de Andrea, a quien deja solamente con un remanente de su amistad.