Cecilia acompaña a Matallana hasta Pujanza, donde hay una revolución contra Octavio Perilla. El abogado resuelve la situación de orden público entregando los bienes del fallecido a los manifestantes y le dice al periodista Félix González que su cliente planea entregarse a la justicia. La exesposa de Alfredo acepta hablar con el juez Orozco en favor de Matallana, luego de que el abogado le sugiriera intentar recuperar la casa en la que vivía y fingiera hablar por teléfono con el hombre. Capote y Céspedes investigan junto a Mercedes un cargamento de caucho a nombre de Alfredo, pero no encuentran a nadie. Finalmente, los detectives viajan a Pujanza por la huelga contra Perilla.