Una condesa hace una donación a don Matteo para reabrir el cine parroquial. La condesa quiere hacerse cargo del funeral de un conocido suyo muerto en extrañas circunstancias, pero la autopsia revela que fue golpeado en la cabeza y las sospechas recaen sobre la condesa. El hijo de ésta se comporta despectivamente ya que conocía que su madre y el anciano tenían una relación. Los carabinieri terminan cerciorando las pistas sobre el hijo de la condesa como único sospechoso de asesinato pero se declara inocente y pide la ayuda de don Matteo ante un asesinato difícil de resolver.