Un tiroteo en un juzgado acaba con la muerte de un abogado y Doug Hellman, un amigo de Annabeth, resulta gravemente herido. El culpable, Bob Peters, buscaba venganza tras la muerte de su hija, y de alguna forma logra la compasión de la opinión pública. Pero Annabeth pedirá la pena de muerte para él. El equipo de defensores de Peters tratará de darle la vuelta a la situación cargando todas las culpas sobre la Fiscalía del Distrito. Al parecer, el culpable de la muerte de la hija de Peters consiguió salir airoso del juicio, sin ningún tipo de pena.