Los soldados del gobernador cobran impuestos en una aldea de campesinos. Se llevan el botín pero cuando cruzan el bosque caen en una trampa de Bandolero que lo recuperará y devolverá a sus dueños. Los soldados se presentan sin nada a Don Rodrigo, que informa al gobernador. Su hija María empieza a interesarse por Bandolero. Los atracos se suceden, ya con la compañía de su maestro Don Cándido y el perro. Cándido se instalará en el pueblo como secretario del Gobernador y así le mantendrá informado de todo lo que sucede. Siguen los asaltos de Bandolero, que le hacen popular en toda la comarca.