Robinson constata que Viernes se ha vuelto loco y hostil después de haber sido envenenado. Se cuela en el campamento de los amotinados para consultar libros de medicina y hacerse con una cura, pero tiene que hacer caso de los consejos de Olivia para conseguir el antídoto a base de hierbas, lo que es casi tan peligroso como administrarlo a la fuerza a un paciente loco.