Gregorio se intenta adaptar a su primer hogar “de adopción”, la casa de Alicia, una corrala de Lavapiés donde cualquier detalle debe ser votado en asamblea. Gregorio se entera de que Alicia está liada con Julio, su compañero de piso. Por si esto fuera poco, Gregorio descubre que no es una relación exclusiva, y que esa pareja está abierta a nuevas incorporaciones. Por otro lado, decidido a no seguir el consejo de sus hijos y apuntarse al paro, Gregorio intentará establecerse por su cuenta como asesor financiero freelance, un movimiento que no sentará bien a sus antiguos jefes. Mientras, en la granja, Sandra, harta del aislamiento rural, está decidida a romper la negativa de Javi a instalar wifi. Goyito y Merlín, viendo una oportunidad de negocio, se ofrecerán a instalársela por un módico precio, de espaldas a Javi.