Gregorio llega a instalarse a Chueca al piso de Carlos y Pablo. Un universo ajeno y marciano para él. Todo se agrava cuando la cofradía a la que él y María han pertenecido siempre, le reclama ponerse al día de las cuotas o perder la membresía. Será Carlos el que venga al rescate de Gregorio, pero pondrá como condición entrar como miembro en ésta para desesperación de Gregorio que tendrá que bregar con su hijo y con Lupe, una dura competidora dentro de la congregación que está deseando deshacerse de Gregorio y de su hijo gay. Las cosas de la casa de Gregorio que se pudieron salvar permanecen almacenadas en un almacén vacío en la granja de Sandra y Javi. Accidentalmente, Javi se deshace de los trajes de nazareno de cofrades que Gregorio reclama y tendrán que recuperarlos. Mientras, Goyito y Merlín, que no se comen una rosca, son alentados por Alicia y Lluvia a hacerse un tatuaje para realzar su atractivo.